Saturday, August 28, 2010

¿Y si hubiera sido que...?

Cuando el gobierno de Estela Martinez de Perón no tuvo más remedio que poner fin a la escalada de violencia generada por ellos mismos, dividiendo a un país asolado por el accionar de las diferentes bandas de delincuentes mal llamados de izquierda a pesar de que eran combatidas por la agrupación terrorista Triple A organizada desde las oficinas del Ministerio de Bienestar Social por el ministro Lopez Rega, ordenó un decreto en el cuál se encargaba a las Fuerzas Armadas exterminar a la guerrilla.
Sorpresivamente, no solo para el gobierno, sino tambien para la Secretaría de Defensa de los Estados Unidos que veía con preocupación el avance marxista en América del Sur, los militares se negaron a realizar el trabajo sucio que le encargaban aduciendo que su función era otra, la defensa del país ante la invasión de otro ejército regular y que no estaban para la función de policía.
Por lo tanto la guerrilla comunista y la peronista extrema que ya no reconocía la legalidad del gobierno de su propio partido se hicieron más fuertes atentando contra comisarías, bancos y pueblos enteros, asesinando a mansalva sin discriminar entre miembros de la fuerzas del orden, ancianos, mujeres y niños. Poco tiempo se necesitó para que ocuparan territorio y finalmente el pais se dividió en dos. En la zona tomada por la guerrilla el ejercito y la policia se replegaron y el gobierno quedó en manos de los insurgentes.
Finalmente el ejercito reconoció que su inacción había sido nefasta y ante su propia impotencia solicitaron ayuda militar a los Estados Unidos. Desde el norte llegaron asesores militares y gran cantidad de armamento, la mayor parte obsoleto. La intervención no logró el efecto esperado y además animó a los habitantes de las zonas ocupadas por lo rebeldes a ayudarlos a estos en su lucha contra el gobierno establecido ya que adujeron que se trataba de una seria violación de la soberanía nacional.
El norte respondió con el envio de una fuerza de marines, helicópteros y tanques. Después llegaron más de ellos y finalmente el gobierno quedó rehen del Comando Militar norteamericano que tomaba todas las decisiones, tanto las militares como las políticas. Así fue que nos vimos obligados a prestar servicio como soldados todos los varones entre dieciocho y sesenta años para luchar contra un enemigo que aparecía de improviso, golpeaba y huía dejando un tendal de muertos.
La guerra se extendió por veinte años dejando al país en la más absoluta miseria. Nada se sembraba, nada se fabricaba. Las enfermedades y el hambre se llevaban miles de muertos por día y finalizó solo por que los norteamericanos debieron atender otros frentes. Nos dejaron en la ruina, los guerrilleros y los defensores de occidente. El país quedó dividido. Ahora se llaman la Argentina del Norte y Argentina del Sur. Los políticos que nos llevaron a esta desolación han huido cobardemente. Ya nada queda del peronismo, tal vez eso sea lo mejor que nos haya pasado aunque los ineptos que nos gobiernan no son mucho mejores.

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